Juan J. Tomassini*
Castillo no es ángel de mi devoción, la llegada de él a segunda vuelta es una casualidad solamente posibilitada por el secuestrador de Perú. El fujimorismo tiene de rehén al país, a la prensa, a sus recursos y a sus habitantes hace rato. Con Verónica Mendoza, Keiko no tenía chances, una mujer honesta, inteligente y trabajadora junto a una vaga y corrupta… no había discusión posible. Pero contra el profe Castillo, el fujimorismo quería jugar el partido porque sabía que podía ganar, por eso la televisión le dio bastante espacio en la televisión los últimos días previo a las elecciones. La estrategia le salió bien y hoy la mayor fuerza criminal organizada del país, está cerca de las encuestas para acceder a la presidencia.
Luego de la primera vuelta ambos candidatos demostraron lo que eran. Castillo se dio cuenta que no podía gobernar sólo y cada día suma más profesionales, la mayoría de Vero Mendoza, la que tenía por lejos el mejor equipo de gobierno. Muchos científicos se suman por miedo al fujimorismo, que no es un partido, es una banda de criminales organizados. Keiko suma al impresentable de Aliaga que pide muerte a sus oponentes ¿ustedes que votan a su partido por el miedo al “socialismo”, se creen distintos al Porky o a Keiko? De acá a unos meses, van a ser sus cómplices.

Me da entre pena y bronca ver que tanta gente a la que creía inteligente le tiene más miedo al socialismo que a un partido político que robó, mató, esterilizó mujeres y cuyos líderes están presos o con posibles condenas. Me da impotencia la complicidad de quiénes saben que con su voto mandan a la muerte al mejor fiscal que tuvo el Perú, José Domingo Pérez. Me da tristeza saber que muchas personas que conozco van a ser cómplices de las muertes del Fujimorismo. Imagínense como va a tratar Keiko a las minorías sexuales, a las comunidades aborígenes, a las clases humildes que son las que siempre pierden.
Todo por qué ustedes prefieren tener sangre en sus manos que votar a un socialista. Chile votó a un socialista, se llamaba Allende, Estados Unidos junto a los cómplices genocidas militares, bombardeó el palacio presidencial, mató a su propio pueblo y con la frase célebre de Pinochet “muerto el perro se acaba la rabia” Sacaron a Salvador Allende en un cajón. Me da asco el lado de la mecha que se encuentra gente a quién tengo en tanta estima.
Me da entre pena y bronca ver que tanta gente a la que creía inteligente le tiene más miedo al socialismo que a un partido político que robó, mató, esterilizó mujeres y cuyos líderes están presos o con posibles condenas. Me da impotencia la complicidad de quiénes saben que con su voto mandan a la muerte al mejor fiscal que tuvo el Perú, José Domingo Pérez.
Las ideas no matan, Pinochet mató, Alberto Fujimori Mató, Keiko mató y ustedes, por miedo a perder sus privilegios, son tan asesinos como ellos. El que vota a Keiko tiene sangre en las manos, después no se las laven. No son gobierno y aun así manejan prensa y periodistas, imagínense lo que podrían hacer con las fuerzas de seguridad a su disposición. Da terror. El mismo terrorismo de Estado que vivió Perú con Fujimori, los abusos de las fuerzas de seguridad, la corrupción generalizada y las alianzas con el narcotráfico.
* Ex Becario Criscos en la Universidad Nacional de San Agustín, Arequipa. Profesor de Filosofía de La Universidad Nacional de Río Cuarto, Córdoba Argentina. Investigador y docente adscripto de Filosofía del derecho.