Benjamín Huisa Cruz
“Claro hermano cómo no/cuánto alivio sería nacer con un poemario listo bajo el brazo/que en vez de sábanas viejas te reciba una alfombra roja”
Antonio Chumbile es una de las voces con mayor proyección en la poesía peruana de los últimos 10 años. Su poesía es nutrida de elementos andinos y suburbanos que reflejan la pobreza y la vida cotidiana, no solo en Lima, sino en todas las grandes ciudades de este país. Así, la obra de Antonio Chumbile no solo intenta contar particularidades de la vida del poeta, sino que en la voz de su poesía se encuentra la voz de los más desdichados, de aquellos a los que nadie voltea a ver; es la poesía de la otra cara de la moneda, de la otra cara de la ciudad. Alejada de eufemismos y versos rebuscados, la poesía de Chumbile ha adquirido un gran número de lectores no solo peruanos, sino también ha pegado fuerte en el movimiento poético argentino, ecuatoriano, chileno, etc. Así, en el presente texto intentaremos analizar y explicar los aspectos más sobresalientes en la poesía de Antonio Chumbile.
Del ande a la ciudad: poesía migrante
Una de las características principales en la poesía de Chumbile, es la figura del migrante. La migración forma parte de la identidad limeña, y también del autor. Chumbile es ayacuchano, un ayacuchano en Lima, como millones de migrantes andinos en las ciudades centrales del país. Es por ello, que en su poesía se refleja las vivencias cotidianas de las voces andinas, el andino en la ciudad que añora el espacio serrano, que sueña con retornar a su tierra y ser feliz, bailar un huaynito y encontrarse con los suyos.
sácame este pulso de cemento
quiero enterrarme y salir pájaro
rodar como tuna/zumbayllu
quiero hacerme solito y a mano
la carretera Ayacucho-Cangallo-Ayacucho-Papá-Mis abuelos
allá puedo hacer el amor sin herirme las rodillas
allá puedo zapatear polvo
y hacerme relámpago
La añoranza por la tierra, por la vida que uno deja cuando migra es reflejada en la poesía de Chumbile. La identidad está nutrida también por el espacio físico habitable, por ello uno extraña el lugar donde nació y creció, donde se siente uno mismo. Chumbile comprende esto y lo refleja en la voz de su poesía. En el verso “allá puedo zapatear polvo” en contraposición a “sácame este pulso de cemento” hace una clara alusión al sentimiento de sentirse ajeno, es el mismo vacío de un ave enjaulada que añora los árboles en los que voló y se sintió vivo.
…no, viejo, yo soy de Huánuco. Allá empecé con la vida y la vaina.
(…)
Pero más cerca de mí que la poesía está la pelada maldad, viejo.
La chela. Mi esquina cicatrizada aquí, aquí y aquí.
Mi raspada lengua.
Mi Huánuco bien adentro. La muerte.
Y mi viejita, por supuesto.
Pero los elementos de la poesía de Chumbile también reflejan al migrante que llegó bajo circunstancias difíciles y se perdió en la delincuencia y la mala vida. Pero que también es humano, que también sufre la vida en una ciudad a la que nunca quiso ir. “Yo era el perro que vuelve a casa y ya no cabe por la puerta/ ya no cabe ni en su propia madre./Así me fui pa Lima”. La poesía migrante es el sentimiento del hombre que se siente abandonado, que expresa su inconformidad con la realidad, el hombre que extraña su tierra. El migrante no se va de su tierra porque quiere cambiar de aires, o desea conocer nuevos lugares; se va, porque no tiene de otra, se va obligado por la pobreza, la desigualdad, la violencia. Acaso para encontrar un mejor futuro en una ciudad donde los prejuicios son más altos que los edificios y el racismo impera a toda hora del día.
Mashqa, 2da edición. Ed. La ChimbaBenjamín Huisa junto a Antonio Chumbile
en el Festival Caravana de la poesía
La vida en la periferia: el amor, la familia y la pobreza
La poesía refleja vivencias, el poeta absorbe todo a su alrededor y escribe. El poeta también ignora y evita. Chumbile, por su parte, construye poéticamente el imaginario de la barriada, de los asentamientos humanos, de los olvidados. Hay elementos recurrentes que se presentan en la poesía de Chumbile, por ejemplo el arenal, la cerveza, el cemento, el bus colectivo, la barriada, el trabajo que destruye el cuerpo, entre otros. Pero por sobre todo, resalta el amor. El poeta grafica el amor desde la perspectiva de la periferia, no el amor que se vende en las novelas o canciones. Sino, el amor entre personas que buscan una salida a la miseria y se pierden en ella.
El poema “Me llamo sudor” del poemario Mashqa recoge la voz de quien puede ser cualquiera, alguien que sube al micro y vende caramelos para poder subsistir. Pero, no queda ahí, el poema narra los desafíos de la persona pobre y sobre todo expresa su realidad alejada de los prejuicios. “El pobre es pobre porque quiere” precisamente el poema se llama “me llamo sudor” porque el pobre trabaja día a día, en un verso dice “Yo le llamo sudor, el resto prefiere llamarlo pobreza” aclarando que quien habla no es un hombre, sino es la pobreza misma. Es el sudor de miles de personas trabajando día a día.
…o diles como yo que tienes tres o cuatro hijos
porque nadie te va a creer que tienes ocho nueve diez
debes decir un pan a la mesa de mi hogar
aunque no sepas lo que es un pan
aunque no tengas mesa ni mucho menos un hogar
no les digas que son caramelos salvándote el día no
diles que son ricos productos golosinarios sabor a limón
Producto Peruano
Durante el poema se explica las diversas circunstancias en las que se vive la pobreza. Pero en el fragmento anterior aclara que muchas vivencias no son tan creíbles para el resto de la gente, y para no sonar exagerado hay que maquillar la pobreza para que sea creíble. Pero no acaba ahí, el final del poema deja un nudo en la garganta por la dureza y crudeza que expresa. Una realidad en muchos hogares, pero que nos negamos a creer, o nos mostramos indiferentes:
y tengo a mi hermanita ganándose los frijoles de noche
usando los tacos que tanto odia
con hombres a los que no debo mirar
papá dijo es cosa de grandes
mamá no dijo nada…
El amor también es uno de los tópicos en la poesía de Chumbile, pero muestra un amor crudo, alejado del romance de las pantallas de televisión. En el poema “como dos nosequé” encontramos la historia de una pareja en un arenal de Lima, un amor que se enfrenta al mundo dentro de 4 paredes de esteras. Pero va más allá de eso, se incluye referencias a la cultura andina y la clase trabajadora.
y nos hacemos la violencia en el amor
como lo hacen el 1ro de mayo y el día de hoy en el
corazón de la Tía Sonia
en los riñones de Atahualpa Yupanqui / de Guaman Poma
y no me oxido
y no termino porque quiero reventarlo todo.
Antonio Chumbile: poeta andino, migrante, limeño, peruano.
El poemario “Mashqa” ha sido incluido entre los 50 mejores poemarios de la década por el portal Poesía Sub25. Chumbile es de los poetas más influyentes de la década, así lo conocí yo a través de un libro que me prestó un amigo mío y quedé impresionado con su poética. Lo conocí en el 2017 en el “Festival Caravana de Poesía” en Lima, allí logramos conversar e intercambiar algunas ideas. Dijo algo que por mucho tiempo me dejó pensando “Hay cosas más importantes que la poesía”, pues, “la poesía no solo es escribir, sino también vivir”. En ese momento no pude comprenderlo, sin embargo, ahora más maduro, me doy cuenta de lo profundo de aquellas palabras. La poesía es más que publicar un libro al año. La poesía de Chumbile sigue en las calles, sigue en el estibador que se levanta a las 3 de la mañana y se dirige al mercado, la poesía de Chumbile sigue en la señora que vende comida en una carreta para poder enviar a su hijo a la universidad. No todo es poesía, pero la poesía está en cada uno de nosotros. Y es en nosotros que se hace realidad. Hoy se alzan nuevas voces de poetas con un compromiso muy fuerte con la poesía, entre ellos Rubén Centeno y André Calisaya, poetas con un carácter de potencia que sigue la corriente contra la poesía de salón y de fines de semana. Pero sí, cuánto alivio sería nacer con un poemario bajo el brazo, o al menos un pan.
De estudiante pregunté a mi profesor de lenguaje ¿Cuándo un poema es mejor, al escribir imaginando o experimentando? recuerdo su respuesta: esa pregunta se ha hecho en grandes conferencias, debates, simposios literarios y nunca hubo acuerdo. Después de leer Mashqa, estoy convencido que la poesía nacida del experimento palpable de las manos, del color y sabor de la papa, de los ojos, del sudor diario; tiene mayor alcance humano. Gracias Antonio, que, sin ser matemático, demostraste el teorema vivencial que por mucho tiempo tenía corcuncho mi inquietud literaria.
Estimado Benjamín, ¿me puedes poner en contacto con Antonio Chumbile? Quisiera comprarle un ejemplar de “Mashqa”.