Armando Trelles Castro
Recientemente hubo una reunión más de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños). Se llevó a cabo como suele hacerse, sin embargo, al parecer algunas cosas han variado. No es novedad que el mundo geopolítico está variando, y que la supremacía unipolar ha visto la emergencia de nuevos actores en este terreno. Sin embargo, recordando los últimos sucesos acontecidos en Latinoamérica, vemos que existe una razón más para evaluar, a partir de los mismos, la última reunión de este bloque de países.
Lo primero que agendó la reunión fue el papel de la OEA (Organización de Estados Americanos), que ha venido en detrimento los últimos años, al buscar la preponderancia de los Estados Unidos de Norte América sobre el resto de países. Como recordaremos, una de las acciones que se tomó para este caso fue impulsar, en 2020, la candidatura de un postulante norteamericano al cargo del BID (Banco Interamericano de Desarrollo). Nos referimos al ex-general del Comando Sur Claver-Carone, cuestión que fue criticada en su momento. Y ahora, el militar ocupa la presidencia de este importante organismo (BID, 2020). Este acto fue el colmo de los problemas que vivía la región, porque en 2019 la OEA jugó un papel importante al momento en el que la reacción boliviana dio golpe de Estado.
Ahora bien, esos no son los únicos casos, pero refrescamos la memoria para ver que sí tiene asidero el cuestionamiento al organismo. Lo que interesa dentro de la agenda manejada en la reunión, es el aspecto sobre la reorganización de América Latina, que ha comenzado a reconfigurar la antigua idea de unión latinoamericana . Andrés Manuel López Obrador, quien presidió las sesiones, fue claro en esto, es decir, querer impulsar una organización como la unión europea, que fortifique y modernice al continente.
Todo nos hace ver que está tratándose de gestar una institucionalidad acorde con las aspiraciones de los países que integran la CELAC. Cosa que hace algunos años hubiera sido completamente anacrónica, pero así son los vaivenes de la historia. Con la pandemia acuestas y con un continente plagado de problemas, empuja a que los líderes de cada país busquen la manera de generar la fortaleza necesaria para quitarse de encima la intromisión extrajera y poder negociar con los países vecinos, porque las riquezas de la región hacen ver que existen las condiciones para un mercado más integrado y más oportunidades de crecimiento económico.
Nuestros políticos tendrían que evaluar bien qué están pidiendo cuando a pesar de querer cambiar las instituciones lo hacen con el mismo criterio con el cual fueron creadas. A lo que vamos es a poner en discusión la propuesta de la segunda independencia latinoamericana, nos referimos a la independencia política
También se discutió el problema de los pueblos indígenas, algo que interesa bastante a nuestros pueblos, porque ahora más que nunca, vemos que la sabiduría de nuestros ancestros ha dejado de considerarse parte del atraso para formar parte de la solución, así como reza una frase africana: África es la solución no el problema. Y esto es un aspecto vital, aunque el tema merece tratarse con pinzas. Porque, a pesar de discutirse la forma de salir de la crisis sanitaria y aumentar las ganancias para robustecer las economías locales, el criterio esparcido en la reunión es el que también las élites reaccionarias dicen defender, el cual consiste en modernizar América Latina y desarrollarla, dos ideas que están unidas, pero que también son la razón de nuestro subdesarrollo, en el sentido de que la modernidad ha significado la exclusión para nuestros pueblos originarios y, al mismo tiempo, el subdesarrollo local.
Nuestros políticos tendrían que evaluar bien qué están pidiendo cuando a pesar de querer cambiar las instituciones lo hacen con el mismo criterio con el cual fueron creadas. A lo que vamos es a poner en discusión la propuesta de la segunda independencia latinoamericana, nos referimos a la independencia política ( Araujo-Frias, 2021). Lo cual significa construir nuestros pueblos con la herramienta de la política, pero que sea una distinta, no de aquella estándar y aceptada por común o normal, sino una liberadora.

Quizá ese sea el punto débil del asunto. Pero su contraparte es que vive y persiste el mito de la unidad latinoamericana, de formar la patria grande. Y así se notó el ambiente, no por gusto el presidente de México sintió la libertad de decir lo que verdaderamente piensa sobre Cuba, que la nombró como paradigma de resistencia y pidió sea reconocida como patrimonio cultural de la humanidad, por haber resistido más de 60 años de embargo para unos, de bloqueo para otros.
Si a pesar de todo, la reunión no pudiera cumplir el cometido de darle soberanía al Caribe y Sudamérica, aún así a pesar de todo, va quedando demostrado que existen las condiciones para que en algún momento del tiempo se concretice el clamor de una patria grande unida y próspera. No podemos pensar que es un loco deseo, porque Alemania hace unos 200 años no existía como la conocemos, sino era una región llena de principados que luchaban entre ellos, sólo unida por la lengua y ciertas tradiciones. Aquí existe un pathos que se ha ido identificando, o sea, que ha sido elevado al autoconocimiento y que, posiblemente, vaya a ser el respaldo con el que las generaciones actuales y futuras utilicen para crear el camino que ansiamos, no sólo por nuestra región, sino por un mundo que necesita de pluralidad-inclusiva, donde las fuerzas queden balanceadas.
Algo así como en la revolución francesa (1789), donde se pasó del monopolio del poder por parte de la nobleza a la repartición del mismo. Lo nombrado es solo un ejemplo para ilustrar la situación. Recordemos que hemos sido pensados y rotulados con los conceptos europeos que nacieron producto de su historia, pero fueron extrapolados a estas regiones. Latinoamérica forma parte del tercer mundo, lo cual no es casualidad. Fue obra del economista francés Alfred Sauvy, quien comparó a nuestra región con el tercer Estado galo, el mismo que se alzaría contra la nobleza en la revolución mencionada.
El mundo necesita de lo que alguna vez fue llamado por José Vazconcelos “la raza cósmica”, con milenios de historia, no como nos pintan, es decir, un continente nuevo de un mundo nuevo. Ojalá en una próxima discusión nuestros políticos también discutan ese tema de la identidad nuestramericana, que sería un gran paso para acordarnos de quiénes somos y planifiquemos qué queremos. Por ahora hay que sondear en lo que hemos hecho para conocerlo bien, valorarlo y defenderlo.
Iniciábamos con la pregunta sobre si América está sombría y taciturna. Para los que recuerden, es una frase de la Segunda Declaración de la Habana, en la que se exponía las razones de la importancia de la revolución cubana. En esa declaración tal era el diagnóstico sobre nuestro continente, ahora nos preguntamos si continúa igual, quizá siga sombría, pero nunca fue ni será taciturna. Aquí el pensamiento ha mostrado ser capaz de conmover el punto de Arquímedes sobre el que se apoyan las creencias y mitos que pueblan el imaginario popular y ha ido alimentando la consciencia de quienes exploran y valoran los aportes de nuestra tierra.
Referencias bibliográficas
Araujo-Frias, J. (2020). Perú necesita una segunda liberación política. Disenso. Crítica Y Reflexión Latinoamericana, 3(II), 62-70. Recuperado a partir de https://barropensativo.com/index.php/DISENSO/article/view/86
BID (2020). Mauricio J. Claver-Carone, Presidente electo del BID. Comunicado de prensa, 12 de septiembre. Banco Interoamericano de Desarrollo. https://www.iadb.org/es/noticias/mauricio-j-claver-carone-presidente-electo-del-bid