Irán: El odio, la muerte y las mujeres

Alonso Castillo Flores

acastillof@unsa.edu.pe

Irán arde en una ola de protestas, la muerte de Mahsa Amini ha desatado la furia de miles de mujeres. Se dice que la Policía de Moral la arrestó por no usar correctamente el hiyab (velo islámico), que fue golpeada y murió a causa de la golpiza. En 2019 hubo grandes movilizaciones rechazando el uso obligatorio del hiyab, este año el problema se ha extendido a varios otros actores: estudiantes, obreros, intelectuales, minorías étnicas y religiosas. La pandemia del coronavirus azotó al país, y trajo consigo una crisis económica, la subida del precio de la gasolina es uno de los motivos de los reclamos. Recordemos que Irán fue el país con mayores sanciones económicas del mundo hasta febrero de este año, cuando Rusia invadió Ucrania.

¿Deben quienes están en contra de la opresión neocolonial apoyar al régimen iraní o situarse del lado del pueblo oprimido? El fenómeno iraní es uno de los más complicados y singulares de nuestros días, requiere un enfoque complejo, que pueda lidiar con las grandes contradicciones del problema. Irán desciende del Imperio Persa, de grandes figuras religiosas, filosóficas y científicas como Zoroastro, Omar Jayam y Avicena. Es ahí donde el profeta Bahá’u’lláh funda su propia religión en el siglo XIX, el bahaísmo, con 8 millones de seguidores en el mundo de hoy. Irán es el mayor bastión del islam chiita en el globo y, además de Afganistán, la única teocracia islámica vigente. Irán es también tierra rica en recursos energéticos, petróleo, gas, minerales, un punto estratégico en la economía mundial, puente entre Medio Oriente y el Asia Central, jamás fue colonia formal de ninguna potencia europea.     

En 1889, el virrey inglés en la India, Lord Curzon señaló que Irán y sus vecinos eran “las piezas de un tablero de ajedrez sobre el cual se juega un partido cuya meta es la dominación mundial”. “Ahí se decidirá el futuro de Gran Bretaña” (Everest, 2007). Irán fue zona de disputa y contención entre los imperios inglés y ruso, que se dividieron el dominio del país en 1907. Por supuesto, Inglaterra se llevaba la mejor parte, ¡en 1901 William D’Arcy obtuvo una concesión del 85% del actual territorio de Irán por 60 años para explotar petróleo!

Tras la Segunda Guerra Mundial, EE.UU. desplazó a Inglaterra como socio principal de Irán. El papel de los Estados Unidos en el país fue nefasto. Las grandes ganancias de la Anglo-Iranian Oil y las pésimas condiciones de los trabajadores de la compañía generaron un enorme rechazo en la población. Elegido democráticamente, Mohámmad Mosáddeq nacionalizó el petróleo, con amplio apoyo popular y la aprobación del congreso. En 1953 la CIA organiza un golpe de Estado financiado por EE.UU. e Inglaterra, e instala la dictadura del sha Mohammad Reza Pahlavi. El petróleo volvió a manos de las transnacionales.

Nadie que se oponga a la opresión puede apoyar los ataques a la mujer en Irán. La Revolución Islámica ha representado un duro golpe a los imperios, en especial a los EE.UU., pero eso no es motivo para dar luz verde a la teocracia iraní. Protestamos cuando las potencias intentan hundir la economía del país, pero nos oponemos resueltamente a toda forma de marginación étnica, religiosa y sexual.

Es bajo el dominio del sha que surge el pensamiento del sociólogo Alí Shariati, considerado el principal guía intelectual de la revolución iraní. Shariati ha sido comparado a los teólogos de la liberación latinoamericanos, particularmente por las similitudes sociopolíticas y cognitivas de la época. Un año después del golpe de la CIA en Irán, en 1954 EE.UU. y las transnacionales monopolistas derrocan a Jacobo Árbenz en Guatemala, también elegido democráticamente, acusado de comunista. Nilesh Sharan (2018) ha trazado un paralelo entre Shariati y Gustavo Gutiérrez, su aprendizaje en Europa y su propuesta teológica como reflexión crítica de la praxis histórica del ser humano y como opción por los pobres. Shariati fue apresado dos veces por el Sha, y murió en 1977. Walter Mignolo (2010, p. 26), por otro lado, una de las figuras centrales del pensamiento decolonial americano subraya que la decolonialidad fue formulada en los 60s y 70s por varios pensadores y activistas latinoamericanos y afro-caribeños, además de los islámicos, como el egipcio Sayyid Qutb, como Shariati y el mismo ayatolá Jomeiní.

Los años de la dictadura del monarca fueron atroces, la represión a los opositores se extendió por todo el país, la ley marcial fue indefinida. La “revolución blanca” en manos del sha implicó una reforma agraria minimalista y una modernización del país que trajo consigo el odio al occidente, en especial a los EE.UU. Más aun, el propio odio se dirigió hacia el sha, que apoyó a Israel en su guerra contra los palestinos y los árabes, enviándoles el 90% del petróleo que necesitaban (Everest, 2007). La situación de pobreza en el país era estrepitosa, mientras la represión seguía rampando. En 1976 Irán fue catalogado por Amnistía Internacional como el país con mayores ejecuciones y mayores violaciones a los derechos humanos. La revolución islámica que remeció Irán llegó en 1979. Su líder máximo: el Ayatola Jomeiní.

1979 es un punto de inflexión para las revoluciones anticoloniales en el mundo, en enero triunfan los musulmanes en Irán; en marzo, la revolución comunista en Granada, Caribe; y en julio, los sandinistas en Nicaragua, con la participación de teólogos de la liberación como los hermanos Cardenal. Pero el ’79 es también el inicio de la debacle de URSS. Ya vuelta un imperio, da sus últimos manotazos, invade Afganistán porque los fundamentalistas musulmanes se opusieron a una revolución comunista el ’78. El año 1992 la URSS se desmorona y se instala un Estado Islámico en Afganistán, colindante con Irán. Los comunistas ya habían sido derrotados en Granada (1983) y Nicaragua (1990). Otro teólogo de la liberación, Jean-Baptiste Aristide, asumirá la presidencia en Haití el ‘91. Aristide caerá en su tercer mandato con una intervención militar de EE.UU. el 2004.

En 1980 un documento de campaña de Ronald Reagan reza: “Lamentablemente las fuerzas marxista-leninistas han utilizado a la iglesia como arma política contra la propiedad privada y el sistema capitalista de producción, infiltrando la comunidad religiosa con ideas que son menos cristianas que comunistas” (Boero, 2003). Entretanto, EE.UU. perpetró los peores crímenes en el Medio Oriente: Azuzó a Sadam Hussein, que dirigía un régimen musulmán pero laico, contra Irán. A su vez, los yanquis negociaron clandestinamente con Irán y le proveyeron de armas. Ambos países hermanos se debilitaron en una guerra de ocho años con decenas de miles de muertos, nadie ganó, solo USA. En 1990 EE.UU. movió a 33 países de la ONU para aplastar a Hussein, y el 2003 este fue ejecutado tras la invasión estadounidense.

Con todo, Irán ha sido impermeable al socialismo, en 1920 se fundó en la pequeña provincia iraní del Guilán la República Socialista Soviética de Persia, que no llegó a los dos años debido a los problemas entre comunistas y nacionalistas, y el apoyo que la URSS les quitó a los revolucionarios. En 1945 se fundó el izquierdista “Partido Democrático del Kurdistán Iraní” (PDKI), bajo el liderazgo de Qazi Muhammad, líder religioso y nacionalista, que fundó la República de Mahabad. La URSS le quitó el apoyo militar a la república, era fines de la Segunda Guerra Mundial, y Truman amenazó con lanzar una bomba nuclear si los soviéticos no se retiraban de la zona.

El PDKI luchó contra el Sha junto a grupos islámicos y marxistas. Al triunfar la revolución del 79, la República Islámica (RI) rechazó las demandas de los kurdos y los reprimió. El PDKI ha protagonizado insurgencias y enfrentamientos a la RI los años 1979-1983, 1989-1996 y 2016. En este siglo ha tenido mayor importancia el “Partido de una Vida Libre en Kurdistán” (PJAK), que ha dirigido conflictos armados contra la RI desde el 2004 al 2012. El PJAK, confederalista democrático, tiene un brazo armado de varones y otro de mujeres. Para el gobierno de los EE.UU. el PDKI y el PJAK son ambos “organizaciones terroristas”. Kurdistán es una nación dividida entre los Estados de Irán, Irak, Siria y Turquía, y luchan decenios por su independencia.

Mahsa Amini era kurda y era mujer, doble problema en Irán, los kurdos abogan por la igualdad de género y son laicos. La RI asocia el feminismo, el comunismo y el liberalismo como productos occidentales, y reacciona con odio ante ellos. La revolución de 1979 fue verdaderamente multitudinaria, 10 millones de personas tomaron las calles en un solo día, ¡un tercio de la población total! Además de los religiosos, participaron izquierdistas, comunistas, liberales, etc. En una entrevista en Francia, el ayatolá Jomenei afirmó: “No habrá obligatoriedad en el velo” y “hasta los comunistas podrán estar libres en el futuro Estado islámico”. Sin embargo, luego fueron perseguidos y hasta ejecutados (Armanian, 2022). Muchos derechos conquistados fueron arrebatados a las mujeres: aborto, libertad de movimiento y matrimonio, etc. La edad matrimonial femenina fue bajada de 18 a 8 años, promoviendo la pedofilia. Estados Unidos y sus aliados occidentales hipócritamente lanzan una propaganda contra la misoginia de la RI, pero poco es lo que dicen sobre su gran aliado, Arabia Saudí, único país del mundo donde las mujeres no pueden votar, por el hecho simple de ser mujeres.

Al cumplirse 43 años de la revolución en enero, el periodista chileno Pablo Jofre (2022) exaltó a Irán como “faro de la resistencia”, que “no ve contradicción entre el dinamismo revolucionario y el orden político y social”, y que “no está anquilosada ni carece de sensibilidad y comprensión frente a los nuevos fenómenos y situaciones sucesivos”. Nuestro optimismo no puede enceguecernos, en nombre de grandes revoluciones se han perpetrado grandes crímenes a lo largo de la historia.  

Nadie que se oponga a la opresión puede apoyar los ataques a la mujer en Irán. La Revolución Islámica ha representado un duro golpe a los imperios, en especial a los EE.UU., pero eso no es motivo para dar luz verde a la teocracia iraní. Protestamos cuando las potencias intentan hundir la economía del país, pero nos oponemos resueltamente a toda forma de marginación étnica, religiosa y sexual. ¡Cuidado! Existe una “izquierda” postmoderna seguidora de los misóginos y racistas Nietzsche y Schopenhauer, este último, autor de El amor, la muerte y las mujeres. El diálogo intercultural nos puede ayudar a comprender mejor la complejidad de nuestro asunto, pero jamás nos permitirá abalar injusticia alguna.  

Referencias bibliográficas

Armanian, N. (2022). “Cuando las infrahumanas ponen en jaque a los mismísimos enviados de Dios”. Público. https://blogs.publico.es/puntoyseguido/7968/iran-cuando-las-infrahumanas-ponen-en-jaque-a-los-mismisimos-enviados-de-dios/

Boero, M. (2003). “La Iglesia y la Doctrina de la Seguridad Nacional en América Latina”, https://web.archive.org/web/20150402153855/http://www.blest.eu/iglesia/boero89.html

Everest, L. (2007). “Antecedentes de una confrontación: Estados Unidos e Irán: Una historia de dominación imperialista, intriga y guerra”. Revolución. https://revcom.us/historia-de-iran/

Jofre Leal, P. (2022). “Irán 43 años de soberanía y dignidad” (parte 2). TelesurTV. https://www.telesurtv.net/bloggers/Iran-43-Anos-de-soberania-y-dignidad-Parte-II-20220214-0003.html

Mignolo, W. (2010). Desobediencia epistémica: Retórica de la modernidad, lógica de la colonialidad y gramática de la postcolonialidad. Del Signo

Sharan, N. (2018). “La Teología de la Liberación en América Latina y en Irán: un verdadero proyecto transglobal y transmoderno”. Iberoamericana, XVIII (68), 97-118

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *