Guillermo Sebastian Tapia Churata
gtapiachu@unsa.edu.pe
En este último año ha surgido una lucha por el regreso de la filosofía a los colegios, se han hecho conversatorios, congresos, debates, etc., promovidos por centros de estudios y la Sociedad Peruana de Filosofía. Sin embargo, algo que se cuestiona es el cómo debe regresar la filosofía a la escolaridad y cuál es su utilidad dentro de la educación básica.
Un artículo de Miguel Giusti (2019) hace una crítica al sistema educativo peruano afirmando que ha ido “[…] con un rumbo errático y al compás de varios cambios traumáticos en la conducción del ministerio competente” (párr. 2). Podemos compartir su opinión sobre la forma de llevarse la educación, pues, durante inicios de la pandemia, hemos sido testigos no solo del colapso del sistema de salud, también de la educación, especialmente con el programa de Aprendo en Casa, el cual no ha podido avanzar ni la mitad de los cursos propuestos en la malla curricular.
Por otra parte, comparto la idea de que vivimos en una educación atrasada y que busca que los estudiantes se integren al mercado, dejando de lado la formación personal. Esto se opone a la Ley General de Educación Nro. 28044, la cual afirma, específicamente en el artículo 9, que el objetivo es formar personas éticas, intelectuales, artísticas, con sentimiento de cultura, formación afectiva, física, espiritual y religiosa; para consolidar su identidad y puedan integrarse a la sociedad, que no solo es el sector laboral, de manera adecuada y crítica.
El problema final es si es que realmente tenemos docentes aptos para enseñar adecuadamente la filosofía y que ésta no se convierta en un curso de relleno en la malla curricular.
Los últimos cambios de la malla curricular en la educación básica han ido recortando cursos importantes para el desarrollo personal y académico, y han sido sustituidos por cursos para el mercado, como educación para el trabajo. Estos cursos no son malos, pues los estudiantes deben saber cómo pueden entrar al campo laboral, pero debe existir un equilibrio con las humanidades. Tanto la filosofía como los demás cursos humanísticos ofrecen al individuo una perspectiva más amplia del mundo y permiten la evolución del pensamiento, que nos dará el verdadero progreso.
Lo mencionado hasta ahora sólo justifica que las humanidades deben tener mayor presencia y es de conocimiento común, pero falta decir cómo deben enseñarse para que logren el desarrollo de la persona. Si se va a emprender una lucha, esta debe ser completa y no a medias, la propuesta no sale durante el combate, sino que para que éste se realice bien, se debe tener todos los puntos resueltos.
Un recorrido histórico de la filosofía es necesario, pero no es el centro del curso. Julián Marías (2012) plantea tres aspectos de la enseñanza filosófica: una enseñanza histórica, otra por disciplinas y, finalmente, una crítica de los problemas actuales de la sociedad. Pienso que es bastante acertado que exista un diálogo, porque la filosofía no solo tiene una finalidad teórica, sino transformativa, formativa, humanística y práctica.
La enseñanza de la filosofía exige actividades dialogadas, explicativas y comentadas de textos y contextos, requiere lecciones críticas y expositivas que inciten en el estudiante nuevas formas de pensar, que inviten a argumentar, a debatir y a proponer nuevas ideas y a construir nuevos conocimientos (Aguilar, 2019, p. 136).
No obstante, esto también requiere que el docente esté preparado para dictar este tipo de clases y eso es algo que, en nuestra realidad, es muy difícil de encontrar. Aguilar (2019) dice que el pensador y el docente de filosofía son distintos, ya que el pensador no siempre tiene la capacidad de ser docente, pero el docente no debe dejar de pensar para poder construir el saber en sus alumnos, para evitar convertir la clase en una lección teórica, de retórica sin crítica o de adoctrinamiento.
El problema final es si es que realmente tenemos docentes aptos para enseñar adecuadamente la filosofía y que ésta no se convierta en un curso de relleno en la malla curricular. Yo pienso que existen profesionales de filosofía, mas no todos los que se hacen llamar filósofos son capaces de ejercer la docencia.
Referencias
Aguilar Gordón, Floralba del Rocío. (2019). Didáctica de la Filosofía. Revista de estudios y experiencias en educación, 18(38), 129-150. https://dx.doi.org/10.21703/rexe.20191838aguilar8
Giusti, M. (2019) “La filosofía debe volver al colegio”. El Comercio. https://elcomercio.pe/eldominical/filosofia-debe-volver-colegio-noticia-615541-noticia/?ref=ecr
Ley 28044. (17 de Julio de 2003). Ley general de educación. Ley general de educación.
Marías, J. (2012) Introducción a la filosofía. Alicante.